A los 65 años, murió ayer Humberto Taborda, figura de los albiazules en los ’60/’70.

Otra pálida más, y van... Maltrecho como nunca en lo deportivo, el sufrido hincha de Talleres tuvo que soportar ayer otro golpe artero, de esos que dejan huella en el corazón. Es que en las primeras horas de ayer murió Humberto Pablo Taborda víctima de una afección cardíaca. Con él, un “Cacho” grande de la historia del club albiazul se fue para siempre.

Tenía 65 años y fue una institución como jugador y también como director técnico. Había comenzado en el club Flor de Ceibo, de Oncativo, su ciudad natal, pero sus grandes condiciones como puntero izquierdo lo llevaron a desembarcar en barrio Jardín, donde el DT Rodolfo Bútori lo hizo debutar en un clásico contra Belgrano, en 1958, cuando sólo contaba con 16 años.

Eran tiempos de José Fernández; Miguel Ponce y Andrés Kasparian; Gerardo Turza, Arturo Rodas y Bernardo Vargas; Narciso Contreras, Julio Argentino Rivero, Miguel Antonio Romero, Rogelio Cuello y Humberto Taborda.

También en Boca. En 1961, en plena fiebre del llamado “fútbol espectáculo”, se incorporó a Boca Juniors, donde fue suplente de José Yudica, lo que no le otorgó demasiadas oportunidades. Debutó en la 14ª fecha del torneo de esa año ante Vélez, en un empate 1-1 en Liniers, y los xeneizes formaron con Antonio Roma; Carlos Rico y Pablo Vezatto; Víctor Benítez (peruano), Antonio Rattín y Orlando Pecanha de Carvalho (brasileño); Ángel Nardiello, Miguel Loayza (peruano), Paulo Valentim (brasileño), Dino Sani (brasileño) y Humberto Taborda.

A pesar de que a la fecha siguiente su aporte fue decisivo en un clásico ante San Lorenzo –Boca ganó 1-0 con gol suyo–, su actuación oficial en Boca se limitó a sólo tres partidos.

Pero “Cacho” quería jugar. Por eso no titubeó en marcharse a Villa Dálmine, por entonces en Primera C, y allí se quedó dos años (1962-63). Después actuó en Deportivo Italiano (1964) y Temperley (1965). En 1966 retornó a Talleres para jugar nuevamente en la Liga Cordobesa y compartir la delantera junto a su hermano Ramón Roque, pero en 1968 volvió a emigrar y pasó a Racing de Nueva Italia. En 1969 cambió otra vez de camiseta y se marchó a Mendoza para jugar en Independiente Rivadavia.

Con una extensa campaña en su espalda, en 1970 regresó nuevamente a la “T”, para completar seis temporadas más. Su último partido fue ante Instituto (0-0) el 7 de setiembre de 1975, ingresando en reemplazo de Daniel Willington, hermano de su esposa Belkis Mabel. En total, Taborda disputó con Talleres 236 partidos oficiales, en los que convirtió 54 goles.

Ya retirado, fue cinco veces director técnico de los albiazules y alcanzó a dirigir a su hijo Pablo César. Allí estuvo a cargo de los equipos superiores en 1975, 1981, 1986, 1995 y 1996.

Lejos del fútbol, fue el musicalizador del programa Frente a Frente, de LV2, y también trabajó en la sección de expedición del desaparecido diario Los Principios.

Se fue Taborda. Talleres y el fútbol cordobés lo lloran.

Velorio y sepelio. Sus restos son velados en una sala de 27 de Abril al 1032 y recibirán sepultura a las 11 de hoy en el cementerio Los Álamos.