El juzgado de la quiebra de Talleres sigue con preocupación el proceso contra Ahumada, que podría condicionar la concesión de Ateliers SA.

Ayer por la mañana, la noticia del pedido de detención y extradición del empresario Carlos Ahumada generó un cierto revuelo en el Juzgado de 13ª Nominación Civil y Comercial, que maneja la quiebra de Talleres. Pero la inquietud se transformó en preocupación algunas horas después, al filo del cierre de la actividad tribunalicia, cuando se conoció que el gerenciador del club de barrio Jardín había sido capturado por personal de Interpol en Buenos Aires y puesto a disposición de la Justicia Federal.

El gesto adusto del juez Carlos Tale tenía directa relación con lo inoportuno de la noticia (Talleres se está jugando la permanencia en la Primera B Nacional) y con la incertidumbre que el proceso contra Ahumada, a quien reclaman desde México por presunta comisión de fraude, genera en relación a la concesión de la entidad albiazul.

¿Cómo puede afectar esta situación a la “T”? “Formalmente, Ahumada no es miembro de la sociedad, aunque está claro que es el hombre fuerte de Ateliers”, explicaron ayer allegados al magistrado. Esto significa que el proceso que se lleva adelante en el país azteca no configuraría una causal de resolución del contrato de gerenciamiento, aunque el riesgo es que probables medidas futuras (como embargos preventivos) asfixien a Ahumada y lo obliguen a dar un paso al costado, ya sea por decisión propia o por no poder afrontar las obligaciones contraídas en el ámbito albiazul.

De un tiempo a esta parte –según se comenta con insistencia en la intimidad de Talleres– el gerenciador tendría dificultades para ingresar su dinero al país. De todos modos, desde el fideicomiso que fiscaliza el gerenciamiento se informó que Ateliers “está al día con todos los pagos” y que “en julio próximo deberá abonar el canon semestral de 200 mil pesos”.

La situación de Vilallonga. Otro motivo de preocupación para el juez Tale, por sus probables implicancias legales, es la situación de Martín Vilallonga (presidente de Ateliers), quien –según información policial– ayer fue detenido, identificado dactilográficamente y luego liberado tras haber intentado sacar de su casa a Ahumada en pleno allanamiento.

“Habrá que ver cómo tipifica el juez esa conducta”, dijo Alejandro Di Nizo, jefe del Departamento Interpol de la Policía Federal Argentina, quien calificó como “muy grave” la actitud del ex delantero de Racing Club y Lanús.

En el caso de Vilallonga, el criterio no es uniforme. “Por más que le imputen algún delito, mientras no exista condena firme el gerenciamiento podría seguir”, señaló un fiduciario. “No estoy tan seguro de que sea así”, retrucó un colaborador del magistrado.

“No creo que a Ateliers le saquen el gerenciamiento así nomás”, comentó una fuente muy vinculada al juzgado de la quiebra de Talleres. La prioridad, se sabe, es que el club tenga dinero para funcionar y no sea liquidado.