Ahumada está en la mira por la compra del club azteca, en 2002.

El domingo pasado, tras perder su chance de ascenso frente a los Indios de Ciudad Juárez, los hinchas del León de México reclamaron el regreso de Carlos Ahumada. El gerenciador de Talleres continúa su lucha para recuperar el club de Guanajuato, ya que está avanzada una causa judicial en la que se habría probado que le falsificaron una firma a su apoderado. En una entrevista radial, Ahumada hasta dijo que evaluaba estar en una marcha que los hinchas leonenses realizarían hoy.

Pero de un día para el otro todo cambió. Un litigio con Roberto Zermeño, el ex dueño bajo cuyo mandato el León fue campeón en Primera en 1992 y a quien Ahumada le compró el club en 2002, determinó que la Justicia mejicana librara una orden de captura contra el gerenciador de la “T”. El grupo de socios “La Causa” difundió ayer la información, que causó gran revuelo en Córdoba.

La Voz del Interior tuvo acceso a un documento emitido desde la secretaría del Procurador General de Justicia de Guanajuato, Daniel Federico Chowell Arenas, que en su último párrafo dice: “A la fecha 29 de mayo de 2008, la Dirección General de Extradiciones comenta que el trámite de extradición continúa, que la petición fue enviada en solicitud formal procediendo a la elaboración de la ficha roja del indiciado, es decir, Interpol lo identificó como presunto responsable del delito que se le imputa (fraude procesal), con la finalidad de proceder a la búsqueda y localización del indiciado en territorio extranjero”.

El litigio. Para entender la batalla legal entre Zermeño y Ahumada hay que remontarse a 2001, cuando el primero aún era el propietario del León. La empresa Futt León, que comprende al club, celebró un contrato con la cervecería Modelo por publicidad y derechos de transmisiones de radio para torneos de 2001, 2002 y 2003.

El 19 de abril de 2002, Zermeño le vendió el club a Ahumada, quien canceló uno de los tres pagarés que se pautaron. El saldo era 17.283.715 pesos mejicanos (unos 5 millones de pesos argentinos). El 14 de abril de 2003, la cervecería Modelo cedió sus derechos a la empresa Guillén Llarena, que requirió el pago al nuevo propietario del León, que era Ahumada.

El cordobés pagó supuestamente 17.283.715 de pesos mejicanos a Guillén Llarena y le notificó a Zermeño que no le debía nada porque el monto adeudado ya había sido cubierto a Guillén por una supuesta deuda con Modelo. Sin embargo, la misma cantidad que supuestamente Ahumada le pagó a Guillén Llarena fue reintegrada por ésta a dos empresas de Ahumada. La Justicia habría probado que en realidad Modelo nunca cobró ni existía deuda de Zermeño, ya que el pago se hacía con publicidad.

Entonces, se libró la orden de captura contra Ahumada. Con esta historia: parece difícil que Ahumada pueda darles el gusto a sus hinchas de estar en la marcha.