El delantero de Talleres Héctor Cuevas afirmó que familiares suyos recibieron llamados telefónicos con amenazas. Son similares a las que aparecieron el martes en pintadas cerca de la Boutique.

El clima hostil continúa en Talleres. A las pintadas y carteles agraviantes aparecidos el martes en la Boutique contra el técnico albiazul, Angel Comizzo, se sumó otro acto cobarde: amenazas telefónicas a familiares del delantero Héctor Cuevas.

El plantel de la «T» se encuentra concentrado en Villa Carlos Paz desde hace 15 días, y durante esa estadía, familiares de Cuevas recibieron llamadas que decían: «si Talleres no gana se pudre todo». Esta situación provocó la indignación lógica del futbolista, ya que no podía estar junto a sus seres queridos. No obstante, él intentó bajar los decibeles y manifestó que se siente tranquilo.

«Me molesta porque son llamadas a la familia. Eso supera y colma la paciencia. Entiendo que me insulten a mí en la cancha, porque forma parte del folklore del fútbol, pero esto es muy feo», lamentó Cuevas en declaraciones a Cadena 3.

Con tono pausado debido a la situación que está atravesando, el goleador afirmó que no es la primera vez que le pasa. «Vivo en Córdoba y no en un country. Una vez me tiraron una bomba de estruendo al frente de mi casa. Y, anteriormente, mi familia también había recibido llamadas, pero yo no sabía. Me entero después porque a alguno se le escapa. Entiendo que se están jugando cosas importantes, lo sé porque yo también soy hincha», sostuvo Cuevas. Después añadió: «Parece que el celular mío lo tienen todos. Cada vez que perdemos me mandan mensajes».

Con sus 11 goles con la casaca albiazul, fue junto a Iván Borghello uno de los jugadores más valorados por el público. Por eso se planteó: «No sé de dónde puede venir esto. Estoy seguro que no es de la hinchada, porque siempre me apoyaron. Sólo pienso en mi familia, que está sufriendo, y eso me indigna. Yo estoy concentrado y no puedo ir con ellos».

El ex delantero de Racing aclaró también que no piensa hacer la denuncia y contó: «Las llamadas dicen que se pudre todo si no ganamos». Una amenaza similar figuraba en las pintadas.

Finalmente, luego de aseguar que no está en su ánimo agrandar la situación ni darle más trascendencia, expresó: «Estoy tranquilo, porque mis compañeros me apoyan».