El otro DT. FDK contó que no vino a la “T” a quedar en la historia sino por un desafío, que nunca dudó de que ascendían y que ver feliz a la gente valió más que trofeos y plata.

Frank Darío Kudelka y el Mundo Talleres. No parecían ser el uno para el otro, pero ambos maximizaron virtudes y minimizaron defectos en una coordinación superadora que hizo posible la foto histórica: la del ascenso con el DT que veía desafiada su forma de ser y salió airoso de una experiencia irrepetible, y la de un medio que le reconoció, finalmente, el cumplimiento del objetivo obligatorio. Sí, no fue un Talleres más, sino el de Kudelka.

“Quizá espere que le diga que este fue el que más sufrí y es el que más disfruté. Se perdió un solo partido en 31 juegos. Es una consecuencia del valor que le dimos a este proyecto y a esta necesidad de ascender a Talleres. Que saliera, de una vez por todas, del Torneo Federal A. Va de la mano con la seguridad que tuvo el grupo. Más allá de los momentos en los que las cosas salieron mejor y en los que hubo que corregir. Era claro el mensaje ins­titucional de integridad y trabajo en equipo”, dijo con el mismo convencimiento que explicó su táctica después de cada partido, algo que pocos DT hacen. Hablar de fútbol. Tan sólo eso.

–Debió ser protagonista...
–Exactamente. Más allá de las ­características de los jugadores que había en cancha, había una premisa de llegar con mucha gente. Tenemos un caudal de gol muy importante. Es de 1,5 por partido. Es la consecuencia de esa propuesta. También tuvimos déficits en la parte defensiva. Pero en algún lugar nos íbamos a desmantelar. Y prefería que fuera en la zona defensiva. Se dio fundamentalmente en la primera fase. En el Tetradecagonal, ya no. No es que tomamos más recaudos, pero encontramos un funcionamiento más acorde.

–Tuvo más posesión...
–Sí. No fue tan vertical. Llegamos un poco menos, pero fuimos más efectivos. Ese clic lo hicimos contra Unión de Sunchales, en la segunda fase cuando ganamos nuestro primer partido. Se jugó muy bien contra San Martín de Tucumán y no pudimos sostener el triunfo por una jugada fortuita. Nos empataron. Tuvimos una muestra de carácter importante. Templó al grupo. Talleres es un club muy presionante en su exterior. Por un sinnúmero de razones. Es tan grande que todo el mundo habla de Talleres. Siempre. Los que son y los que no. Tuvimos un eslogan con el equipo: “No corramos carreras”. La gente, por su nece­sidad y su impaciencia de no querer estar mas en la categoría, iba a pretender que fuéramos ganando 5-0 a los 10 minutos o que ascendiéramos en las 10 primeras fechas. Eso no podía existir. Fue un mensaje permanente que hizo mella en los jugadores. Sostuvieron con personalidad momentos que en lo estadístico eran buenos, pero no en la paciencia que se nos tenía.

–Alguna vez jugó a lo que podía y no a lo que usted quería...
–Hubo jugadores muy importantes. De mucha experiencia o de buenos momentos que salieron lesionados y con recuperaciones prolongadas. Lo pudimos solventar.

–Con gol...
–Repartidos en varios jugadores. Era parte de la propuesta.

–Dependió de un solo jugador en el acto defensivo como Rodrigo Burgos...
–Se nos dijo que jugaba muy solo en la mitad de la cancha. Pero era nuestra idea. Podía hacerlo.

–Pudo haber armado un equipo en torno a un jugador... ¿Por qué no lo hizo?
–Sí. Pero no es mi estilo. Antes de ir a un club, estudio y diagnostico. Hasta la gente. Dije que venía a un desafío importante y harto difícil. Un grupo antes que una individualidad; un equipo, antes que un jugador.

–Se autoexigió. Fue más tallerista que Talleres siendo que pudo especular.
–Puede ser. En el partido final. Cuando se lesiona Barrionuevo, tuve chances de hacer un cambio conservador con Roselli. Pero pusimos un delantero como Ramis. Había que ganar finales. Y así fue.

–Dijo que Talleres era un desafío a su forma de ser. ¿Lo ganó?
–Siento plenitud. La necesidad del Mundo Talleres no doblegó mis ideas. Y no por porfiado porque soy consistente. Si tenía que cambiar, lo hubiera echo. Ante tanta presión si no tenés las ideas claras, podés equivocarte e interpretar a la masa. Ahí confundís a los jugadores. Sostuvimos esa idea. Nunca sentí a Talleres como un peso. Fue un desafío. En los tres partidos finales, hubo un grado máximo de tensión. No creo que puede repetir una campaña así. No lo hice en los anteriores ascensos. No creo que pueda. Lo intentaré, pero será difícil repetirla con otro plantel u otra institución.

–Se lo vio feliz recién al final...
–Soy contenido y demasiado pensativo. Soy feliz así. En el medio de los festejos, le pregunté a Fassi si hay Copa Argentina porque teníamos que seguir entrenando. Esta vez exterioricé mi alegría.

–¿Sigue?
–Me hubiera gustado cruzarme antes con Fassi; no, ahora. Pero que sigamos juntos o no, dependerá de un montón de factores. Lo tendremos que charlar.

–Quedó en la historia. ¿Qué le genera?
–No vine a ser reconocido sino con la idea de desafiarme y poder darle a Talleres algo que alegre el sufrimiento de la gente por estar en la tercera categoría. Ego tenemos todos, pero no era lo que buscaba. Mi necesidad interior era saber si podía estar a la altura de este fenómeno llamado Talleres. Creo que sí lo estuve. Después, si soy más o menos reconocido, no sé. Nunca dudé de que íbamos a lograrlo. Jamás dudé. Cuando eso pasa. Cuando se duda se transmite. El equipo tampoco. Sin pedantería, pero con bajo perfil con defectos y virtudes. Ver a la gente feliz, por un aporte mínimo mío y de los jugadores, no me lo saca nadie. Me llena más que lauros, copas, plata y reconocimientos. Eso me lo llevo para siempre. No se ve, pero sí se siente. Ver a la gente feliz como en Formosa, es impagable.

"Talleres es un club muy presionante en su exterior. Por un sinnúmero de razones. Es tan grande que todo el mundo habla de Talleres. Siempre. Los que son y los que no. Tuvimos un eslogan con el equipo: 'No corramos carreras'", explica Kudelka.

Albiazules


Antes de River. Talleres arrancó sus preparativos para recibir a River en su partido festejo por el ascenso, el 15 del corriente. Un día antes, el DT Frank Kudelka se reunirá con Andrés Fassi para definir si renueva. Burgos, Araujo y Chaves deberán aguardar para definir si les compran sus pases. Ischuk, Velázquez, Ereros y Goiri, tienen contrato hasta 2016.