Luis Simbrón (60 años) es de esos hinchas incondicionales de Talleres, que siguen al equipo por todas las latitudes del país. Y tiene una historia muy particular: no cuenta con la movilidad ideal a raíz de un accidente sufrido en el Mario Kempes, en un clásico ante Racing de Nueva Italia en 2010 (1-1 goles de Marcelo Bergese y Adrián Aranda), cuando cayó al foso del estadio y quebrarse las dos piernas. “Me desmayé. Se me bajó la presión en el entretiempo y no recuerdo nada. Tenía a mi nieto en los brazos, por suerte a él lo pudieron agarrar. Y me caí lamentablemente, pero igual, nunca dejé de faltar a la cancha”, cuenta Simbrón, quien se vino en colectivo, recorriendo los casi 900 kilómetros que separan Córdoba de Chaco. “Soy de viajar siempre, por mi cuenta.

Soy amigo del fotógrafo Juan Faner. A Santiago del Estero y Mendoza, contra Maipú, no dejaban pasar hinchas visitantes y me infiltré en la platea”. No obstante, llama la atención el apodo que le pusieron sus amigos: al caminar necesariamente con bastón producto de la lesión, lo bautizaron como el “Bertinetti” del grupo, en alusión al directivo del Fondo de Inversión, Hugo Bertinetti. “Yo no soy del Fondo, estoy en el fondo”, ríe Luis, con la complicidad de los amigos presentes.