Con una gran reacción anímica y futbolística goleó 4 a 1 a Tiro. Enviado especial.

Talleres tuvo su Pascua anticipada en Rosario. Volvió a mostrar señales de vida en lo futbolístico y en lo anímico, y se llevó un 4 a 1 tan sorprendente como necesario.

Su propuesta sorprendió por la solidez y la eficacia, pero fundamentalmente por la actitud de un equipo que ahora espera reencontrar ese convencimiento que, según sus propios jugadores, perdió en la era pos-Grondona.

Talleres volvió a sufrir el peor de los comienzos. A los 6 minutos, en la primera embestida de Tiro, Castillón, apareado por Brasca, llegó jugado al área rival y el arquero le cometió un penal discutido por los jugadores albiazules. Casado se hizo cargo y puso el tempranero 1-0, que presagiaba una difícil parada para la "T".

Pero esta vez Talleres reaccionó rápidamente y empató en la primera situación de gol que generó. A los 12 minutos, un tiro libre de Zermattén fue cabeceado por Salmerón y con la ayuda de Silvonei, Talleres convirtió y se tranquilizó.

El equipo de Peralta se acomodó mejor, se hizo más compacto y volvió a hacer de la pelota parada su mejor recurso. Por esa vía llegó el desnivel a los 17, cuando Lussenhoff le puso la pierna a un córner de Cabrera y venció a Silvonei.

Tiro se desordenó y la "T" volvió a facturar, a los 37, cuando Zermattén, tras un córner, metió un zurdazo cruzado, que se metió en el ángulo izquierdo del arco rosarino.

Mató de contra. En el complemento, Tiro cambió un par de nombres, pero no su tibia propuesta. Talleres apostó al orden y peleó cada pelota como la última.

Se le complicó cuando Bottoni, en una decisión exagerada, expulsó a Basualdo, a los 5 minutos. Pero Peralta reaccionó bien sacando a Fernández Francou y Galarraga, para mantener el vallado en el medio y evitar algún susto innecesario.

Y así, con un único y perfecto contragolpe de Quiroga, Talleres liquidó el pleito.

En pocas palabras

Lo madrugaron y reaccionó. Como es habitual en los últimos tiempos, a Talleres le convirtieron en los primeros minutos. Pero esta vez reaccionó rápidamente y pudo desnivelar, con la pelota parada que tan bien había explotado con Humberto Grondona como su DT.

Aguantó y lo liquidó. En el complemento, Tiro se le vino encima, pero Talleres lo liquidó de contra.

La figura

Federico Lussenhoff (8). Fue impasable en defensa y decidido al proyectarse. Cuando pasó al ataque no lo hizo sin sentido, sino que sus incursiones fueron menos en cantidad, pero más efectivas, como en el segundo gol. Además, Céliz, Cabrera, Zermattén y Salmerón fueron picos altos de rendimiento, en un equipo que mejoró notablemente su rendimiento.

El árbitro

Leandro Bottoni (regular). Dejó dudas en la jugada del penal de Tiro, porque aparentemente Brasca no cometió la infracción que sancionó. Además, se apresuró al expulsar a Cristian Basualdo, a los 5 minutos del complemento, por una falta a Gastón Menicocci en la mitad de la cancha. Ese fallo, equivocado, pudo haber comprometido el triunfo albiazul.

Cuestión técnica

Ángel Bernuncio. Armó una propuesta mezquina, con un 4-4-1-1 inicial que zozobró. En el segundo tiempo intentó cambiar nombres en el medio, pero siguió dependiendo mucho de Casado y Castillón.

Raúl Peralta. El 4-4-2 que presentó lució mucho más compacto que otras veces. Su equipo fue firme atrás, combativo en el medio y muy eficaz adelante.