El predio ha quedado rehén de los vaivenes que plantea la relación entre el juez Carlos Tale y Ateliers, la concesionaria del club. Cuando Tale le iba a dar a Ateliers la prórroga hasta el 2014, Carlos Ahumada ordenó desmalezar el predio.

Cuando el magistrado le negó la continuidad, Ahumada paró las obras. Y desde que Tale comenzó a hablar de la venta del terreno para cancelar el pasivo por tratarse de un inmueble no afectado a la explotación deportiva, se reanudó el reacondicionamiento para evitar la venta. Ayer 200 hinchas acudieron a la práctica y mostraron una bandera que decía: “El predio no se vende”. ¿Será así?